jueves, 7 de julio de 2016

Sin palabras 15.


Como no sabía que hacer con tanta creatividad por casa. Decicí plasmar en "El Diario de Francine" , un dibujo o creación producto de su imaginción o no pero hechos por sus propias manitos.

¿Reconoces esta replica?


miércoles, 6 de julio de 2016

Música en francés: El vuelo de los cisnes.





Como en cada canción que uno intenta traducir, incluso en el mismo idioma. Las palabras se quedan cortas y a veces no hacen falta cuando las imágenes lo dicen todo. 
Hoy, en miércoles de música, te invito a descubrir a Laurent Lamarca, no se sabe mucho de él pero éste francés talentoso, nos permite un viaje a través de un vídeo sensible, emotivo y alegre. 
"Le vol des cygnes", extracto de su  último álbum 2016.
No te lo pierdas!





De cada naufragio
En tu historia o en la mía
Tenemos más,
De lo podemos imaginar...

"El vuelo de los cisnes"

Como no hemos contamos
Las nubes que han pasado,
Tampoco las tormentas...

"El vuelo de los cisnes"
Con tu mano en mi mano
Mezclamos nuestros vasos
Dibujamos un camino
Y seguimos...


"El vuelo de los cisnes"

Bordeando el océano
Sin nada que nos ate
Y seguimos...

"El vuelo de lo cisnes"

Pasamos por el litoral
Removiendo la arena
De playas de aguas divinas...

"El vuelo de los cisnes"

Con tu mano en mi mano
Mezclamos nuestros vasos
Dibujamos un camino
Y seguimos...


viernes, 1 de julio de 2016

Camino a la escuela.




El 31 de agosto, un vuelo desde París nos dejaba en Niza. Bien que había analizado minuciosamente en traer lo mínimo indispensable, además de los niños...claro. La maleta, tenía un sobrepeso de 3 kilos imperdonables y si no hubiera sido por el bolso que as-tu-ta-men-te había plegado entre dos ropas, la factura de 180 euros, me hubiera dolido en el alma.

Fue un viaje tranquilo, corto, que dejaba una millonada de cosas detrás, junto a 10 años de sacrificios en una ciudad con la que me peleé tantas veces para terminar amándola con locura. Fue ahí donde mejoré, cambié y volví a ser la de siempre, fue en ella donde me hice a los ponchazos* y donde desde abajo, aprendí a contar otra vez de 0, tantas veces llorando, tantas veces riendo.

Pero en la aventura que uno elige o
 más bien que la elige a una, en otro lugar, un lunes de sol que apenas me quemaba la cara, sin nubes que taparan el cielo, una ciudad que había visto de reojo hace 8 años que de lejos se parecía a mi querida Argentina pero rodeada de extraños de gente mucha gente impregnaba de un aire mediterráneo.


Las primeras horas, me zambullí en un mar de papeleos de un nuevo hogar que hasta hoy, nunca había visto salvo en fotos. No busqué sentir el "coup de cœur" *, sólo quería llegar a destino y posar las valijas.

El día había sido largo, tanto, que cuando al fin puse la cabeza en la almohada, poco pude contar ovejas y propuse que el resto de mis pensamientos florecieran conmigo mañana.

Fue la noche más silenciosa de mis 4 años de madre y la agradecí porque la necesitaba.

Al día siguiente, me esperaba la inscripción en la escuela de mi hijo mayor y nosotros veníamos de una ciudad donde las escuelas sobran (al menos cada 2 cuadras) y por ende la posibilidad de una vacante siempre es posible.
Sin embargo y aunque no lo parezca, había optado por un actitud positiva, embarcada en una aventura de pies a cabeza ponerme a pensar en negativo, evidentemente no era una decisión inteligente.

Al final y eso lo supe después, un lugar libre no sería un problema pero lo que si lo sería, la ubicación de la escuela.

Por empezar, Niza es como San Francisco, todo sube y todo baja, aquí los tacones sirven si tiene coche de otro modo, no pensarás dos veces llevar un par de ballerines* en tu cartera. Pero eso, sólo parece un detalle.



martes, 3 de mayo de 2016

Sin palabras 14.


Cuando un pequeño, se inspira de Elmer...el elefante. Sale algo así.