viernes, 12 de noviembre de 2021

Del amor al odio y viceversa.








Siiiiii lo sé, el título puede leerse demasiado extremista y sin embargo, no encuentro otra manera de expresar los sentimientos encontrados que cohabitan dentro de esa sensación que se crea en la expatriación.

Hace más diez años que un avión me trajo aquí con valija y vida para comenzar lo que ya he contado otras veces.

Los días rosas duran lo que duran las vacaciones y cuando la mente, capta el cambio la verdad se tiñe poco a poco con el color parecido a la realidad.

Porque...



Amé...
Los dos primeros meses que vivi como turista, de largas caminatas por esas pequeñas calles, capaces de perderse en los recovecos de una arquitectura exquisita. Paris no puede ser menos que preciosa, hasta su nombre corto inspira un sin fin de maravillas para visitar, para recorrer, para embeberse de la cultura de los libros y de la gente.


Odié...
El zumbido de mi cabeza que comenzaba a llenarse de toda esa información, incomprendida en otra lengua. La impotencia de querer entender y a la vez no entender nada, jugaban una carrera infinita donde ninguna, quería ganar.


Amé...
El encontrarme con una cocina divina...y la pastelería tratada como un arte.


Odié...
Tener que aprender de memoria, la oración..."Bonjour*, s'il vous plait*et merci*- bon soirée*para comprar una baguette*.


Amé...
El sol de verano que amanecía temprano y daba su último suspiro a las 23h.



Odié...
Saber que en invierno, el sol venía  poco o casi nada que provocaba deficit de la vitamina D y que a las 17h ya era de noche.


Amé...
Las reuniones familiares donde mi familia política hablaba español y todo parecía tan fácil.


Odié...
Cuando se olvidaban de mi presencia, sintiendo la exclusión inintencionada, volviendo al desamor provocada por la barrera de la lengua.


Amé...
Las rebajas desconocidas, repletas de bonnes affaires*.


martes, 9 de noviembre de 2021

Final Eterno.



Sobre la hoja de un libro 
La vida escribirá mi historia 
Con énfasis dejará marcas, 
A las que el tiempo llamará heridas

Y cuando los suspiros
Mientan un a poco al olvido,
Y se apacigüen
En la brisa de un abrazo,
En el roce de su beso
En un punto y aparte
Encontraré en mayúscula, 
TU SONRISA.

Escritos de puño y letra 
Amortiguan espacios en blanco
Cuando el silencio no vista palabras
Y sólo dibuje con líneas tu cuerpo

Aquél brillo de una mirada
Dará vuelta la página 
Y con tres puntos, un día
Dictarán al oído recuerdos,
Grabando tu memoria en mi alma,
Relatando dormida en mis sueños
Un cuento al que el destino firmará:
                                                                         Final eterno.



jueves, 4 de noviembre de 2021

El trabajo de mi vida.






En el destino que elegimos o que nos impone la vida, no todo es color de rosa y no todo es gris tampoco. Hay un camino a seguir, descubriendo paso a paso con tropezones y caídas lo que creemos conocido y que no lo es.

Proyectar una vida de a tres se vuelve lo más fácil, concretarlo, vivirlo es simplemente un proceso que se acomoda de a poco con emociones con sentimientos encontrados con espacios vacíos y con otros muy llenos, un constante aprendizaje y una organización que intenta encontrar su lugar muchas veces imposible, sobretodo al principio.

Cuando me quedé embarazada me olvidé o tal vez no quise pensar, que había un después que no todo es evidente y aunque sí crea a medias en el instinto maternal, no todo llega con la cigüeña en un gran saco con todas las respuestas, NO! Ni siquiera viviendo en París.

Vivir con bebe en el vientre durante casi nueve meses, se vuelve una cohabitación de dos seres que no se conocen pero que desde ya se aman con cambios interiores. Una gran mudanza donde todo existe pero desordenado o acomodándose entre hormonas desconcertadas y un físico que no entra en los pantalones, fui aprendiendo a aceptar esos cambios y a vivirlos, poco a poco y plenamente.

Las pocas veces que me animé a imaginar el mañana, fue cuando me dejaba llevar por mis emociones más bonitas y soñaba despierta a mi marido llevando a nuestro peque en el porta bebe o dándole su baño. 

El ser madre me sonaba como algo ridículo de aprender, pensé que una mujer nacía sabiendo y no que nacía aprendiendo pero como la vida no te regala experiencias por nada, me dio y me sigue dando una serie de gratas lecciones que aunque muchas duelan, absorbo como una esponja.