El camino de las flores amarillas.

Cierra los ojos e imagina...

Una pradera de verde primavera,   

Dibuja la ilusión sin destino,

Que te enseñaran las flores,

Respira el perfume,

Que esconden los capullos,

Camina sin contar los pasos

Que te impone la vida

Aquí, el tiempo muere,

Los recuerdos no existen,

La brisa se inventara del viento,

Cuando sienta que tus mejillas,

Falten de caricias,

Aquí las risas se liberan,

De la prisión que guardan las sonrisas,

Aquí, la lluvia se inunda

De las gotitas que mojan la alegría

Aquí, los arboles crecen,

Sin jamás perder las hojas,

Aquí, la vida se evade de la vida,

Y los sueños quedan a la vista.

Cierra tus ojos e imagina...

Tu camino de flores amarillas.

Ya no quiero rosas.

               Que se llenen de polvo y de ceniza                         

Ni pétalos sedientos de pasión.

No quiero hojas marchitas

Reclamando afanosas rayos de sol.

No pretendo ramos en vano

Que vistan la apariencia de razón

Ni mentiras envueltas en espinas

Que lastimen la fragilidad del corazón.

No deseo docena de ilusiones,

Aturdidas en el fondo de un jarrón,

Arrancando al destino sin raíces

Pretendiendo sembrar una vida de a dos.

Sólo sueño sentir,

El aroma azucarado

En el perfume de un verdadero amor.

Sólo quiero que me quieras

Con cientos de errores y pocas virtudes

Pues lo sabes,

Esa, soy yo.

Ya no quiero rosas....

     Sólo jazmines.

Irresistible.

Como gotitas de rocío que el frío moja las rosas,
Vistiendo a pétalos de escarcha donde se posan las mariposas.

Como la blancura irreprochable de copos de nieve,
Que cayendo sobre el borde de una ventana, mueren en agua.

Como las hojas de un otoño que baila el viento,
Bajo árboles que desnudos, ya no dan sombra.

Como el ruido del mar que cuando llega a la orilla,
Reclama desesperado recuperar a sus olas.

Como pájaros que eligen viajar sin destino,
Dejando como único recuerdo el presente.

Como el horizonte que conserva aquellos sueños 

Que te harán sentir, siempre viva.

Como el cielo azul que luego de una tormenta,
Deja en libertad el sol y te encandila.

Como el silencio de una noche de a dos,
Que no privilegia palabras.

Como el adiós que despide tu compañía,
Envolviendo mi alma con tu dulce fragancia,

Haciendo que de sus labios nazca un beso
que vuelva el mundo...IRRESISTIBLE.