miércoles, 3 de julio de 2024

La herencia de un abuelo sabio.





Al final del día, corríamos, impacientes. Apoyados en uno de los muros de la casa...expectantes. Veíamos el atardecer con matices de color rojo vivo, en un espectáculos sin desperdicios.

Era pequeña pero no tanto como para no conservar, los recuerdos de la buena vida, esa, donde los problemas se concentraban en las buenas notas escolares y donde las vacaciones de ese entonces se nutrían de aventuras.

Donde cada verano, cada enero, el destino siempre era el mismo. Lejos, en lo que casi parecía el fin del mundo, una calle larga de pequeñas piedras de color blancas, llamadas piedrebullo. Allí, se veía ella, medio escondida entre los árboles de verde primavera, una casa, "la casa", cargada de historias, de las buenas, de las otras donde la mala suerte de un incendio declarado sin culpables, dejara el pasado en cenizas de fotos y otros objetos que guardaban los recuerdos.

El abuelo, el mío, construyo dos veces las paredes del mismo hogar pero él no le temía a la vida. Desde muy joven el sacrificio y la lucha se presentaron a su puerta, siempre supo lo que significaba renacer. Creció con la herida del despojo, luego de que sus hermanos mayores, en un acuerdo sin escrúpulos, lo apartaran de la herencia de los padres fallecidos, obligando a cambiar de nombre y apellido.

Y sin embargo y a pesar de los altos y bajos al confrontarse solo y con el mundo. La luz iluminaría su camino el día que Anna, una joven de 14 años se enlazara con él...En un matrimonio eterno.

Durante los años que acompañaron el camino de la felicidad, tuvieron hijos, varios, recibidos por las manos de mi abuelo, en un parto de a dos. 
Por la misma persona que inventaría los cumpleaños sin regalos, a cambio del agasajo de un día sin trabajo o de quién reemplazaría el azúcar por dulces, en épocas crudas de guerras de poco dinero.

Si! El mismo que arrebatado de los valores de familia, pudo formar la suya propia y darle un sentido a la existencia para la que también estaba destinado, el ser padre.

Un hombre fuerte, de cuerpo, de mente, acostumbrado a las pruebas de la vida, victorioso por excelencia. Que permaneció a oscuras durante un mes, tras una operación de la vista y que a pesar nunca escribió una carta con anteojos o aquella vez, en el que un caballo se asustara y lo arrojara varios metros para nunca más, devolverle la buena postura y así y todo negarse a una silla de ruedas, solo hasta que llegara la vejez más vieja.

Mi abuelo, quien 12 meses atrás, nos despidiera a 4 años de sus 100 años para mudarse al paraíso donde viven muchos de aquellos ángeles 
Al que recuerdo con su abrazo, su beso en la frente y la frase "querida nieta", al que vive con mi padre, en mi corazón y en mi mente.
Al que a contrarreloj, viaje 12000 km para presentar a mi hijo y en el adiós, sentir las lágrimas de quién despide a alguien para siempre.

Un hombre con todas las letras que los años le otorgaron la sabiduría de la que tanto, hoy y siempre seré admirativa.

Y luego de todo lo que te he contado, te preguntarás... En qué momento, hablaré de la bien llamada herencia? Pues si sigues leyendo encontrarás la respuesta y verás lo afortunada que he sido al ser ser parte de ella.





miércoles, 26 de junio de 2024

El amor en tiempo de padres.





El corazón conserva el tesoro
De momentos vividos en pareja
Recuerdos grabados en papel
En fotos que cuentan nuestra historia.
Tu camino,
Mi camino,
Cosecha un presente enamorado
Pequeños capullos color piel
Florecen con el paso de los años
Diez veranos,
Nueve inviernos
Conjugados lado a lado
Y el deseo de la pasión
Que juntos permanecen intactos 
Y tu amor,
Y mi amor,
Luchan por encontrar un espacio,
En detalles que no tiene días,
De sorpresas que no tienen regalos,
De besos que firman las noches
Cuando los niños están acostados.
De caricias susurrando en silencio
Cuando ambos estamos cansados.
 Pequeños momentos 
 De un amor empecinado
 Que se niega,
 En tiempo de padres,
 A sentir que muere olvidado.






































viernes, 14 de junio de 2024

De vuelta al ruedo

 










De vez en cuando, cuando me detengo y pienso...Cuando busco y encuentro ese tiempo conmigo misma, veo la vida como varias en una. Y la vivo, dicho sea de paso, pues para eso estamos. 
Durante estos últimos años, esos que siento que casi no he visto pasar, una sentimiento falso porque si recapitulo pues me veo inmersa en un sin fin de vivencias de todo tipo. Altos y bajos y de todo mucho mucho aprendizaje.


Hace años nacía "El Diario de Francine", de la mano de mi primer hijo que hoy tiene 13 años ( eso tampoco me lo creo). Durante esto que sigo manteniendo como un soplido he adquirido la experiencia de madre todoterreno, conociendo el cansancio de varias batallas en un país que hoy es también mi casa y no bajar los brazos por nada ni por nadie. No soy invencible pero hasta pareciera que sí y Dios sabe lo sensible que soy y lo difícil que puede ser para mí asimilar un sentimiento negativo ajeno y el trabajo que he tenido que hacer en mi para proteger mi interior para que nada me derrumbarte, ni siquiera las tristezas más profundas.


Pienso que mucho viene de esa sangre leona por parte de mi abuelo Julio y que transmitió a mi madre, bueno mi madre es una guerrera y un ejemplo para mi en muchas situaciones de la vida. Es verdad que un océano nos separa pero gracias a Whatsapp pues pareciera que estuviéramos a 1km  que bueno verdad?

Como madre ese es mi objetivo, transmitirles a mis hijos, el espíritu de lucha, la fortaleza, creer en el más allá, y en la capacidad de lograr sueños sin necesidad de perder la realidad o el norte como se dice aquí. 


La verdad que ha sido un año difícil para mí, pues en noviembre perdimos a un ser muy querido, dejando un vacío muy grande, ya saben la pérdida es el dolor profundo que solo el que lo ha vivido, sabe de lo que hablo y lamentablemente todos pasaremos por eso más de una vez en la vida...Es la ley.


Sin embargo, el dolor se vive, se siente y hasta se transforma...Y la vida vale oro y la salud diamante, es por eso que intento hacer de mis años jóvenes todavía, una serie de desafíos personales, luego de varios años he "Vuelto al Ruedo"...con la experiencia que adquirido en casa, siendo madre a tiempo completo, he vuelto a la vida "Hiperactiva" de trabajo fuera de casa con horarios locos, idas y vuelta, sin dejar de ser lo que soy...madre, esposa, ama de casa, paseadora de mi perro, bloguera y creadora digital en "mis tiempos libres". Tratando de construir mi presente, aprendiendo a cada paso y eternamente de mis errores, ya sabes que perfecta no soy.