miércoles, 3 de noviembre de 2021

Si algún día olvido...








Suelo, elegir canciones por su ritmo pero más que nada por su letra. Después de haber compartido "Tengo un hada en casa" hoy te presento..."Si olvido" de la cantante y compositora francesa  ZAZ. 








 Recuérdame el día y el año
 Recuérdame el clima que hacía
 Y si lo olvido,
 Puedes sacudirme.   
   
 Si tengo ganas de irme
 Enciérrame y tira la llave.
 "Pellízcame" varias veces
 Y dime como me llamo.

   Si olvido las noches que pasé
   Las guitarras y los gritos
   Recuérdame quien soy
   Y por qué estoy viva.

   Si olvido de mis piernas hasta mi cuello,
   Si algún día huyo.
   Recuérdame quien soy 
   Y lo que me había prometido.

Recuérdame mis sueños más locos  

   Recuérdame las lágrimas sobre mis mejillas
    Más si olvido, cuánto me gustaba cantar.

    Si olvido, las noches que pasé,
    Las guitarras y los gritos.
    Recuérdame quien soy 
    Y por qué estoy viva.

   Si olvido desde mis piernas hasta mi cuello
    Si un día huyo, 
    Recuérdame quien soy,
    Y lo que me había prometido.

     Oohhohhhh
      
     Recuérdame quien soy.



martes, 2 de noviembre de 2021

Te amaré en noviembre.







Recuerdo como mi cuerpo
Luchaba por irse
Y como mi corazón 
Por quedarse
Como mis manos
Buscaban tu calor, en vano
Mientras, la mente
Se ataba a una vieja vida
Escribiendo historias 
Que sin promesas
Yo, pedía vivir a tu lado
Y todavía era septiembre.

Rugía el amor, 
Encarcelado lo escucho
Prisionero de ti 
Y de nadie más
Austero de a ratos
Pero sin fuerzas para morir
Esperando que las hojas dejen de caer
Y la lluvia olvide que existe el frío 
Cuando las nubes grises 
No griten nostalgia
Entonces sé, que estarás aquí o yo allí.

El tiempo no cuenta, me decías 
Sólo cuando cuenta
El principio de una historia.
Dormidos entre diciembre y octubre 
Tu alma dará vida a mi alma y viceversa
Entonces será noviembre...















jueves, 28 de octubre de 2021

Un mensaje de amor






Con una caricia 
Su mano se posaba en la mía
Entrelazando mis dedos, 
Se afirmaban los sueños
Y del susurro que no vestía palabras
Apretabas su boca con suspiros en mi oído
Y me hubiera quedado ahí eternamente.
Fundida en el roce de un corazón
Que sólo añoraba cariño.
Sin pretender ni un poco más
De lo que hasta yo,
Llamaba suficiente.
Pudiendo acortar días
Por disfrutar en sus brazos cada noche,
En una incesante lluvia de estrellas
Declarando con luces nuestra luna.
En un amor que para mí,
Duraría más de una vida
Mostrando la sinceridad
Sin esconder aquellos sentimientos
Que a veces intrigan
Y provocan tanto miedo.
Viejo en años,
Impecable en su seda
Bajo las nubes de mi alma, 
Yo leo "Te Amo".














miércoles, 27 de octubre de 2021

Meditando los miércoles II.









Decidida a cambiar la historia de mis miércoles, tome la iniciativa de poner la suerte de mi parte. Prohibí el pasaje exagerado de pensamientos egoístas, esos "benditos" que sólos se ponen en marcha, los mismos que discuten entre sí para ver quien gana la última palabra y así, intentar dominar el día de paso conmigo adentro.

Fue en éste entonces, miércoles 9 de abril que con un grito sordo, logré callarlas a todas y me tomé el trabajo, si se puede decir así de elegir aquellas con dirección correcta de todo aquello que incita lo positivo.

Así mismo, medio dormida pero cansada de seguir en la cama, luego de una noche de varias horas seguidas de un sueño profundo ( todo un milagro), verifiqué con cuidado que el pie con el que me estaba levantando, era bien el derecho.

En ese instante no muy lejos, la impaciencia de mis hijos y del hambre, empezaban a activar la mañana.

Juntos y acompañados por las ganas nos acurrucamos en el sillón el tiempo de un cariño y luego partí a la cocina para preparar el desayuno de "todo el mundo".

Kenzo (el gato), estaba de un humor maravilloso, sin maullidos, ni rasguños mimosos, sólo medio alterado por los pájaros que cantaban cerca de la ventana, lo suficiente como para olvidarme de cualquier molestia y poner las buenas pilas en "on" en mi y en cualquier ser humano.

Mi marido que se veía medio perdido entre las dos almohadas y esta vez sin viaje en previsión, le otorgue una vez más el privilegio de esos 5 minutos que a él tanto le gustan.

La mañana siguió su curso, lejos de los caprichos de mi hijo mayor y una siesta sorpresa de mi hija, me permitieron terminar con todo lo que necesitaba tiempo.

Eran las 11:05h cuando el reloj nos anunciaba el momento de salir camino a la guardería. Mi hijo estaba perfecto, sin señales de cansancio extremo, ni virus intruso ni de nada que al final dieron por veredicto: ¡En forma para jugar!

En el camino el calor del sol nos molestaba un poco los ojos y la brisa que se parece tanto a las mañanas de verano, algo fresquitas sólo me hacían sentir que a este día debía llamarlo: Perfecto.

Pasadas algunas horas, un mensaje de mi marido confirmaba su venida a casa y como a él tanto le gusta y como yo detesto, 20 minutos antes.

Si es cierto si me dan a elegir, prefiero que me diga "llego en 20 minutos y no que anule al último momento". Ok a eso, se le llama ser positivo! Querrá decir que esto de la elección se pensamientos, funciona?

¡Ajá! 

 Pero volviendo al tema....

Poco fue el tiempo que estuvimos juntos porque esta vez, sí tenía una cita "concreta" y digo bien con el pediatra por un examen de rutina.

Mientras caminaba con mi niña, recordaba el episodio que les comenté en uno de mis post, en un "miércoles, nunca viene solo" pero me quedé tranquila, cuando el doctor me contestó del otro lado y suspiré.

Todo fue de maravilla, salvo por el llanto-grito de mi hija pero bueno esto viene de familia, aquí todo el mundo le tiene miedo al médico, hasta mi marido.

30 minutos después y con un respiro bieeen profundo, luego de bajar la pesadilla de 8 escalones con bebe y cochecito en brazos, sentí que este día era igual otros, y que por fin la racha de malos miércoles había llegado a su fin.



Pero...