UN MINUTO EN EL TIEMPO
viernes, 19 de julio de 2024
miércoles, 3 de julio de 2024
La herencia de un abuelo sabio.
l final del día, corríamos impacientes, apoyados en uno de los muros de la casa, expectantes. Veíamos el atardecer con matices de rojo vivo, un espectáculo sin desperdicio.
Abuelo |
Cada verano, cada enero, el destino siempre era el mismo. Lejos, en lo que casi parecía el fin del mundo, una calle larga de pequeñas piedras blancas llamadas piedrebullo. Allí, medio escondida entre árboles de verde primavera, se encontraba ella: una casa, "la casa", cargada de historias. Historias de las buenas y otras marcadas por la mala suerte, como aquel incendio declarado sin culpables que dejó el pasado reducido a cenizas de fotos y objetos llenos de recuerdos.
El abuelo, el mío, construyó dos veces las paredes del mismo hogar, porque él no le temía a la vida. Desde muy joven, el sacrificio y la lucha llamaron a su puerta. Siempre supo lo que significaba renacer. Creció con la herida del despojo, luego de que sus hermanos mayores, en un acuerdo sin escrúpulos, lo apartaran de la herencia de sus padres fallecidos, obligándolo a cambiar de nombre y apellido.
Y sin embargo, a pesar de los altibajos y de confrontarse solo con el mundo, la luz iluminó su camino el día en que Anna, una joven de 14 años, se enlazó con él en un matrimonio eterno.