Oh sacrée París!
Bonita siempre te verás,
Ante los ojos encantados de cualquier turista,
Avasallante y arrogante dejarás que te descubran,
Siempre dispuesta, siempre tan bella,
Un sol que se esconde te desmaquilla,
Y el viento de abril te despeina.
La tímida lluvia, deja entrever una tristeza
Y como en un espejo se refleja,
En la típica mirada,
De tu gente que se queja.
La vida parisina sigue su curso,
En un silencio aburrido se estremece,
Un interior moral gris,
Poco a poco se tapiza,
Y las voces piden a gritos,
Que las nubes elijan otro viaje.
París, déja quel cielo te preste otro vestido,
Déjate adornar con mil brillantes,
Cubrete con el perfume del aroma fascinante de tus flores
Capaces de inventarse en una falsa primavera.
Capaces de inventarse en una falsa primavera.
Se que sientes miedo de perder tu encanto
O develar tus secretos tan preciados
Pero créeme que vestida de sol,
Rendidos caeremos cautivos y enamorados.
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