jueves, 23 de septiembre de 2021

La historia de la araña difunta.






Eran las 16h25min, lo sé porque miré el reloj antes de cerrar la puerta de casa.
Yo iba cargada con el bolso de juguetes de plástico, el de la merienda, la "trotinette*" de mi hijo mayor y de la pequeña, pero así y todo llegamos al parque.

El día estaba ventoso pero suficientemente animado como para improvisar un "picnic" en el parque.

A las 16h40min (no miré el reloj pero lo imaginaba) estábamos cruzando la calle, hacia un verde de película de bellas flores y de pájaros creídos en primavera.

Todo, absolutamente TODO, olía de maravilla.

Hasta que...

Una araña y un grito de "mamaaaaaaaaá, ¿Dónde la pongo?" vinieran a perturbar mi paz maternal.

Cave destacar que la araña, era ENORME, negra, toda arrugadita y con un globo como trasero o cabeza (ya no sé) y su patas, sus patitas peludas, se encontraban apoyaditas en la palma de la mano de mi hijo.

Estaba muerta pero yo, la veía bien viva y de un reflejo sin premeditación, el golpe que mi mano dio en la suya, hizo volar por los aires a la difunta, transformando una tarde cualquier, en una terrible, TERRIBLE pesadilla.

Pasados unos 10 minutos o eso creo ( ya no tenía tiempo de mirar el reloj) en buscar a la que NO esperaba encontrar nunca.

Mientras el peque mayor, lloraba un mar de lágrimas reclamando el frasco donde poner a la "incontrable"* la peque se negaba a caminar en el buen sentido de la casa. 

Evidentemente, el parque ya no era de agrado para nadie.

Así que con las dos trotinettes, el bolso de juguetes, la merienda, un peque llorando y una niña sin destino, buscaba desesperada llegar a casa.

El trayecto, se (me) hizo larguísimo, fueron 987 pasos ( los conté) donde el polvo que tenía en mi pantalón parecía que en realidad, venía de la guerra.

Ya saben, o mejor dicho sin saber y gracias a un respiro profundo, usando la psicología infantil por un lado y  los perros ( a los niños siempre, les llama la atención los perros en la calle).

¡Llegamos!





La crisis, duró un buen rato y el en trayecto descubrí...

-Que un niño, podía llorar-gritar durante 1h por una araña muerta.

A su vez, 

-Que una niña podía llorar sin motivo o más bien SI, por su hermano que lloraba por una araña muerta.

Pero lo más interesante es que aprendí que los caprichos con polenta* son puro deporte, mental y físico para cualquier persona pero sobretodo, muy sobretodo para una MADRE*.

Y por lo que es el sabor, eso si, saben mal, muy mal.


Sin embargo se sobrevive y hace parte de esta etapa eterna, donde aprendemos de ellos y donde ellos, aprenden junto a nosotras.



Un poco de Francivulario:

*Especie de bicicleta pero sin pedales, ni asiento y algunas con 3 ruedas :-)

*Palabra inexistente, que hace referencia a algo que no se encuentra. ( O que no se espera encontrar).

*Alimento con el mismo efecto que la espinaca, según Popeye.

*Creo que deberíamos escribir la palabra  más dulce del mundo, siempre con mayúscula.

 Nos lo merecemos ❤️









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