viernes, 12 de febrero de 2021

25 días con mi madre.




-Durante largos 7 meses.

-Mi mente y yo, fuimos imaginando el re-encuentro perfecto,

-Descubriendo en el camino que las mariposas en el vientre no sólo se reservan a dos enamorados, sino a cualquier sentimiento que se sienta delatado, apretado en medio de ciento de suspiros hasta explotar en los brazos de quien en su nombre estaban reservados...

-Y gritar ¡Mamaaaaaaaaá!, en un aeropuerto repleto de gente extraña.

-Sin importar las miradas ajenas.

-Viéndola cara a cara luego de eternos...4 años.

-Fundiendo la distancia de miles de kilómetros en nada, apaciguando la falta que fingían siglos en la piel de varios años hasta disiparla, olvidando, sin volver a verla, sin extrañarla, ni llamarla...

-De su mano, de su abrazo, del olor que un hijo no olvida, ni siquiera siendo adulto. Renacen los recuerdos de una vida compartida, de varias luchas, de guerras ganadas y dolencias que llevan acuestas, algunas de ellas perdidas...

-Encontrando la fortaleza que siendo tan válida como cualquier herencia, se incrusta en la mirada, derramando alguna lágrima que se esconde o se deja ver a plena luz del día.

Dando rienda suelta a un llanto enjaulado donde renacen las sonrisas, las risas de una espera que indecisa no definía fechas porque el futuro y la vida misma, viven inventando reglas. Siendo lo que son, sin ser lo que deberían ser para facilitar los momentos perdidos, en medio de una distancia que nunca, NUNCA pidió llamarse "tan lejos" pero se asume tal y como lo escriben los hechos.

Sabiendo que lo mejor es lo que al final se presenta como destino, aunque mi madre me duela...Del otro lado del océano.

-Viviendo...

-De un lado hacia otro, re-descubriendo una ciudad que no pretende esconder secretos de belleza y persiste, anonadando la historia de cualquier ser humano, impregnando el decorado viejo y no tanto, de mi querida París, conmigo y con mi madre en medio de la gente y bajo un mismo cielo pero esta vez a su lado...




-Viajando hacia los confines de la tierra, caminando sobre arenas, acogiendo un horizonte en medio de árboles creídos pradera y aguas cristalinas que aunque frías, no le temen a la unión de lo que hasta parecen, dos mundos... el suyo, el mío...

-Bajo y sobre, una bi-cultura, ahora también mía, aprendimos a dibujar el camino de dos idiomas y el choque cultural, que intenta inhibir a cualquier extranjero, eso que no espera a nadie con moldes a medida y te obliga a ser parte de todo como si nada o casi...

-Aprendiendo, que el afecto no siempre necesita palabras, sólo abrazos, besos, caricias...Respetando a un español atolondrado, acaparado por un francés insistente, que algo arrogante se lleva todo por delante y deja muda las palabras pero no arrasa con el amor, que late aún más fuerte en el corazón de una abuela que a pesar de 11000km (y varias horas de vuelo), siempre ha estado presente en la vida de dos pequeños que anidan desde hace años su alma y la aman,

-Estirando días

-O Intentando ;)

-Impidiendo que el cansancio no le gane al cuerpo y soñar con disfrutar un poco más la noche,

-Y volver a empezar, algo agotados pero firmes. Sabiendo que ahora SI!!! es la cuenta regresiva y aunque distingas tan cerca, sabes que traerá consigo una dolorosa despedida,

-Pero al final,

-Las lágrimas explosivas hacen aparición, las que nadie controla, las que dejan palabras aprisionadas entre la garganta y el tórax. Ahogadas...sin salida y aunque no mueren, tampoco logran, decir nada y esperan que pase la tormenta. Te hacen creer que no lograrás cerrar la herida ( hasta otra vez) pero lo logras...

-Y mi madre lejos

-Y yo en casa, 

-Vamos dejando las huellas de los dedos, en fotos que eternamente divulgarán este presente, volviendo loco al tiempo, irritando al pasado por negarse a dejarlo atrás...

-Respaldadas por un futuro que nunca dijo basta. Soñando con otro re-encuentro y conservando a vida el recuerdo,

-De 25 días...

-Con mi madre.



Recuerdos.







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